Cultivo de marihuana en SCROG
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La técnica de cultivo SCROG (Screen of Green) es uno de los métodos utilizados por muchos cultivadores para asegurarse una buena cosecha de manera fácil y sin demasiadas complicaciones. Al contrario de lo que sucede con el sistema de cultivo SOG (Sea of Green) que ya conocemos, en un cultivo SCROG suele utilizarse un número de plantas mucho más reducido por metro cuadrado, lo que como veremos a continuación tiene una serie de ventajas y desventajas.
En efecto, en un cultivo SOG suelen utilizarse unas 25-36 plantas (5x5, 6x6,...) de tamaño relativamente reducido por metro cuadrado, por lo que las plantas no necesitan un periodo de crecimiento especialmente largo, pudiendo cambiar el fotoperiodo a floración apenas 15 días desde la germinación de las semillas. En caso de no disponer de una sala o armario de crecimiento (con 18 horas de luz diarias y 6 de oscuridad) donde ir creciendo plantas mientras termina el actual cultivo, este método permite una rápida transición entre cultivo y cultivo, pues como decimos no es necesario hacer crecer a las plantas durante demasiado tiempo. Resulta pues ideal para plantas con altura moderada y para variedades de marihuana automáticas.
Por contra, en un cultivo SCROG se utilizan pocas plantas por metro cuadrado, que lógicamente deberán ser bastante más grandes (mejor dicho, bastante más ramificadas) que las que utilizaríamos en un cultivo SOG. A priori, este sistema presenta ya dos claras ventajas: por un lado, se necesitan muchas menos plantas para cubrir la misma superficie, con el consiguiente ahorro en semillas o esquejes. Además, cualquier cultivador sabe que es más fácil hacerse cargo de 4 plantas que de 25, no importa su tamaño. Por otro lado, otra ventaja que presenta esta técnica tiene que ver con aspectos legales. Aunque en muchos países no existe un número concreto de plantas que pueden cultivarse, en caso de tener algún problema legal (San Canuto nos proteja) para un juez nunca será lo mismo leer un informe policial donde se mencionen 4 plantas que uno donde se hable de 25 o más.
Las principales desventajas que presenta la técnica SCROG frente al método SOG tiene que ver principalmente con el tiempo que se alarga el periodo vegetativo previo a la floración. Las plantas cultivadas en SCROG necesitan de varias semanas de crecimiento para poder desarrollar suficientes ramas y llenar así el espacio de cultivo, algo que puede resultar un inconveniente en caso de querer realizar cultivos intensivos y no tener un espacio donde hacer la floración y otro donde ir creciendo la siguiente tanda de plantas a cultivar. Otra desventaja del SCROG es que no resulta un sistema conveniente para variedades de marihuana autoflorecientes (no llegarían a llenar todo el espacio disponible) o para variedades con poco vigor vegetativo (tardarían mucho en crecer lo suficiente). Veamos en qué consiste exactamente la técnica SCROG.
Cannabis en SCROG o Screen of Green
Como ya sabemos, para este tipo de cultivo vamos a necesitar pocas plantas, pues se trata de que sea cual sea el número final de éstas se llegue a llenar por completo la superficie disponible de cultivo. Algunos cultivadores usan 9 plantas por metro cuadrado (3x3), aunque un SCROG puede llegar a hacerse hasta con una sola planta por m2, se trata simplemente de hacerla crecer lo suficiente antes de cambiar el fotoperiodo a floración. Vamos a explicar un ejemplo de SCROG para el que se utilizarían 4 plantas de Easy Haze, una genética que se adapta muy bien a este sistema dado su gran vigor vegetativo.
Como vamos a terminar nuestro cultivo con plantas muy ramificadas, lo ideal sería utilizar tiestos lo más grandes posible. Dependiendo del sustrato utilizado podemos optar por macetas de entre 7 y 11 litros en caso de escoger fibra de coco y de unos 15 litros si optamos por el cultivo orgánico convencional. Cabe decir aquí que, de cara a recortar al máximo el tiempo que deberemos hacer crecer a las plantas, muchos cultivadores amantes de esta técnica utilizan sistemas hidropónicos o aeropónicos (como los populares Waterfarm o el sistema DWC Aeros IV Master System) que ofrecen una velocidad de desarrollo realmente espectacular.
Una vez trasplantadas nuestras semillas o esquejes y listo nuestro espacio de cultivo interior, fijamos el fotoperiodo en crecimiento y arrancamos la aventura. Una vez nuestras plantas tengan 4 o 5 nudos podemos realizar la primera poda apical, cortando la punta de la planta por su último nudo y favoreciendo así el desarrollo lateral de las plantas. A medida que éstas vayan creciendo y desarrollando nuevas ramas las iremos podando también, de manera que las plantas irán adquiriendo forma de arbusto, con un gran número de ramas laterales y sin una punta principal identificable.
Una vez las plantas alcancen una altura de unos 50-60cm fijaremos una malla sobre las puntas de éstas que cubra todo el espacio disponible de cultivo. Esta malla debe tener unos agujeros grandes, de unos 10x10cm, pues por estos agujeros deberemos ir pasando cada una de las ramas hasta tenerlos todos ocupados por alguna punta, que más tarde se convertirán en hermosos cogollos. La malla nos sirve para distribuir las ramas de manera eficiente por toda la superficie, creando una canopia homogénea y uniforme. Además también servirá como tutor de cada rama, sujetándola en caso de que estás se inclinen por el peso de las flores. El tiempo que tardemos en tener todos los espacios ocupados dependerá de muchos factores, como siempre en cultivo interior de marihuana: condiciones ambientales, luz disponible, sistema de cultivo, genética, etc. En caso necesario, la malla puede subirse de altura a medida que las plantas crecen.
Una vez tengamos los huecos de la malla ocupados por puntas podemos cambiar el fotoperiodo a 12 horas de oscuridad y 12 de luz diarias y comenzar así el periodo de floración. Las puntas crecerán bastante de manera vertical durante las primeras dos semanas (fase conocida como stretching o estiramiento) para después estabilizarse y empezar a desarrollar flores. Acabada esta primera fase podaremos todas las pequeñas ramas y brotes que hayan quedado por debajo del nivel de la malla, pues apenas recibirán luz y no se desarrollarán correctamente. Ya sólo nos queda esperar a que las plantas terminen su floración para poder degustar el fruto de nuestros esfuerzos.
Como ya hemos comentado, y como habréis podido observar, para la técnica SCROG es ideal utilizar semillas - o esquejes - de variedades particularmente vigorosas. Cuanto más lo sean, más se reducirá el periodo vegetativo y menos tiempo pasará entre cosecha y cosecha, con la consiguiente ventaja para el cultivador de interior. Las genéticas con predominancia Sativa suelen ser perfectas para este propósito, como la ya mencionada Easy Haze o Amnesika 2.0, Fruity Jack, Spicy CBD o por supuesto nuestra última incorporación y primera variedad de la recién inaugurada Regular Line de Philosopher Seeds, la Jamaican Blueberry BX.
Si vais a utilizar variedades distintas en un mismo cultivo, lo ideal es que tengan un periodo de floración similar y unas características de estructura y patrón de crecimiento similares, así podréis aprovechar al máximo vuestro espacio y tiempo. Tened en cuenta también que es una técnica fácilmente adaptable al cultivo exterior, perfecta para tener plantas grandes y con multitud de ramas pero de baja estatura total, pues al podarla y moldearla con la malla ésta queda mucho menos baja de estatura que si la dejamos crecer libremente. Esto puede resultar muy útil en caso de tener que mantener nuestras plantas por debajo de una altura determinada y que queden ocultas tras muros o vallas.
Esperamos que os animéis y probéis esta útil y versátil técnica. Estaremos encantados de contestar vuestros comentarios o dudas.
Felices cultivos!